Hace algunos años pesaba 53 kilos y ahora como 100 mil calorías en 4 días.
Texto por: Erik Lamkin
Erik Lamkin, de 25 años, tiene lo que muchos describirían como un trabajo de ensueño: Es comedor profesional en competencias, viaja regularmente por Estados Unidos enfrentándose a los desafíos de la comida, acumulando miles de calorías en pizzas, helados y hamburguesas con queso en cuestión de horas o incluso minutos. Su canal de YouTube, ErikTheElectric, donde documenta sus desafíos alimentarios extremos (el más famoso, una vez consumió 100,000 calorías en 4 días), tiene casi 570,000 suscriptores, lo que le ha permitido literalmente hacer de esto su trabajo de tiempo completo.
Pero el camino de Lamkin hacia el éxito de YouTube no ha sido fácil. Cuando era un adolescente, le diagnosticaron anorexia nerviosa, un trastorno alimentario en el que las personas restringen gravemente su ingesta calórica. En su peso más bajo, Lamkin media 1,80 cm y pesaba 53 kilos, que lo llevó a una hospitalización de tres meses cuando tenía 17 años. Vale la pena señalar que los trastornos alimenticios entre los hombres son sorprendentemente comunes: según el National Eating Disorder Asociación (NEDA por sus siglas en inglés), una de cada tres personas con trastornos de la alimentación es masculina, y aproximadamente 10 millones de hombres estadounidenses lucharán contra un trastorno de la alimentación en algún momento de sus vidas.
A pesar de que Lamkin se ha hecho un nombre por sí mismo con sus acrobacias extravagantes, se diferencia de otros vloggers al hablar abiertamente sobre su historia con un desorden alimenticio. Mientras que algunos lo han criticado por promover un estilo de vida poco saludable, Lamkin insiste en que come bien y balanceado fuera de cámara y trabaja siete días a la semana. “Comer de manera competitiva no es saludable, pero aún puedes mantener un estilo de vida saludable mientras lo haces”, dice.
MensHealth.com se acercó a Erik para hablar sobre su lucha contra la anorexia, cómo se mantiene en forma a pesar de consumir miles de calorías y lo más grave que le ha pasado en un desafío.
La siguiente entrevista ha sido condensada y editada para mayor claridad.
LA ANOREXIA
Durante mi infancia, tuve sobrepeso y cuando era adolescente fui acosado por mi peso. Así que pasé por un gran período de insatisfacción con mi cuerpo. A los 16 años, perdí alrededor de 30 kilos en el transcurso de 6 u 8 meses con una dieta restrictiva. Luego vino el ejercicio, que se convirtió en un exceso de ejercicio. Hice ejercicio todos los días, tan a menudo como pude. Eso me llevó a perder aún más peso. En mi punto más bajo, media 1,80 cm y pesaba 53 kilos.
Un día, mi madrastra hizo una fiesta o algo así, y una de sus amigas notó que había bajado una cantidad significativa de peso. Ella les dijo a mis padres que no me veía saludable, y se preocuparon por mi seguridad y mi salud en general. Finalmente obtuve un ultimátum alrededor de mi cumpleaños número 17, lo que me llevó a ver a un especialista que me diagnosticó anorexia.
Al principio, estaba en negación, no puedo decir que ignoraba el hecho de que los hombres podrían tener trastornos alimenticios, pero me condicionaron a creer que era casi imposible que los hombres tuvieran trastornos de la alimentación, y que era casi como una cosa poco masculina “eso no le pasa a los hombres” decían, de esta forma no me vi como un hombre al tener un trastorno de este tipo, me sentía peor aún.
Entré en mi primer centro de tratamiento después de cumplir 17 años. Durante dos semanas, estuve en UCSD [Centro de trastornos de la alimentación para el tratamiento e investigación], que es uno de los centros de trastornos de la alimentación más famosos del país. Necesitaba ir antes de entrar a la universidad para demostrarle a mi papá que era capaz de cuidarme solo. Fue una de las fases traumáticas de mi vida, estaba bajo 8-10 horas de supervisión todos los días, me alimentaron de forma específica y cuidadosa, me vigilaban cada segundo era casi como estar en una prisión.
EL TRATAMIENTO PARA SALIR DEL PROBLEMA
Luego, cuando ya estaba en la universidad, tuve una breve recaída. Estaba tomando un antidepresivo que me hizo perder el apetito, así que básicamente tenía una excusa para no comer fui al Centro de tratamiento de trastornos alimenticios Rosewood durante otros tres meses más, esa fue mi primera dosis de realidad.
En Rosewood, yo era un hombre de 36 mujeres, estaba en un hospital, así que la gente estaba prácticamente encadenada a las máquinas, había gente que usaba sillas de ruedas y tenía suero conectado a los brazos, la primera noche que estuve allí, vi a una chica tragarse clips de papel para salir de ahí, esa ha sido una de las experiencias más traumáticas que he tenido en mi vida. Pero sin duda, me ayudó aprendí mucho sobre mi y sobre quien era, me sentía incómodo, pero necesitaba sentirme incómodo para volver a estar cómodo y eso es lo más importante para la recuperación del trastorno alimenticio, el tratamiento se enfoca no solo en ayudarlo a ganar peso, sino también en curar tu mente y enseñarte los mecanismos de confrontación para recuperar un mejor sentido de quién eres realmente. Es por eso que puedo hacer lo que hago hoy, porque puedo combatir cualquier negatividad que solía dejar que me afectara, yo diría que definitivamente me salvó la vida.
LAS COMPETENCIAS
La primera vez que comencé a comer de manera competitiva fue en 2013 después de que hice mi primera carrera en bicicleta, justo cuando llegué a casa después de estar internado, pensé: “Quiero hacer algo que podría ser una locura”. Así que fui a un lugar llamado Broken Yolk, que apareció en un programa de “Man vs. Food” ahí tienen una cosa llamada el desafío del hombre de hierro que es una tortilla de 12 huevos, dos galletas grandes y un montón de papas fritas caseras. Llegue al restaurante, me senté y comí en un tiempo récord.
Me quedé asombrado pensé que sentiría toda esta culpa y todas estas voces que me golpeaban, pero en lugar de eso pensé, “Wow. Estoy perfectamente bien en este preciso momento, claro podría ganar algo de peso con esta comida, pero tuve el mejor momento de mi vida ”. Las reacciones de las personas en el restaurante fueron asombrosas y me llevó a replantearme el que siempre pensé que la comida era negativa, pero no había nada más que positividad ahí, así que hice un par de retos más ese año.
Las competencias de comida y los desafíos de YouTube son drásticamente diferentes. Cuando me preparo para un concurso, como una comida de alto volumen: muchas verduras, mucha fruta, el día del evento bebo un galón de agua, unas 2 o 3 horas antes de un concurso para que mi estómago se haya expandido, jamás ayuno antes de un desafío, no tendría una buena relación con la comida, así que trato de ingerir unos pocos cientos de calorías con un shake de proteínas o dos. Mi capacidad estomacal es de 6 o 7 kilos, si es pastel de calabaza o helado, puedo llevarlo a unos 8 o 9 kilos, no soy el que come más rápido de la competencia, pero si el que come mucho.
Las cosas de YouTube son diferentes cuando estoy filmando los desafíos de las calorías, es como una película tengo que configurar tomas, tengo que configurar miniaturas los desafíos de calorías están planeados, así que tengo que apartar lo que voy a tener para cada comida, mientras que cuando compito, no tengo idea de lo que va a pasar.
EL RETO DE LAS 100 MIL CALORÍAS
Obtuve estas ideas para los desafíos de calorías basados en el famoso desafío de 10,000 calorías que circulaba en internet traté de hacer el desafío de 10,000 calorías y terminé haciendo 15,000 y todavía tenía hambre al final de la noche, así que en realidad hice 25,000 dos y medio desafíos, no pensé que fueran tan difíciles como la gente se los había imaginado.
Cuando hice el desafío de las 100.000 calorías, lo más difícil fue el dolor físico, ya que es difícil expandir tu estómago con toda esa comida, luego despertarte y lidiar con eso al día siguiente, es horrible, tienes que lidiar con la retención de agua, la sobrecarga de sodio, la sobrecarga de azúcar. No puedo decirle cuánto tiempo he recibido comentarios y mensajes: “¡Me gustaría poder ingerir 100,000 calorías!” Pero no es lo divertido que se cree, creo que solo tengo una habilidad única.
Lo más burdo que me sucedió en la competencia fue que estaba haciendo un desafío de helados en Los Ángeles era de 7 kilos y lo servían en un abrevadero, como un enorme contenedor blanco, nada elegante, está hecho para 2 personas y son como 24 bolas de helado con crema batida tenía aproximadamente 11 minutos y me puse la última cucharada en la boca y tuve que beber agua con ella, se había vuelto una temperatura extraña, y en el momento en que el agua me tocó la garganta, proyecté un vómito de helado directamente fue tan embarazoso, así que en efecto, no es un estilo de vida muy glamoroso.
Aunque después de este relato, no lo parezca en realidad estoy muy consciente de mi salud, ese es un aspecto importante de todo esto y que la gente no se da cuenta, en realidad tengo un análisis de sangre perfecto, comer de manera competitiva no es saludable, pero aún puedes mantener un estilo de vida saludable mientras lo haces, al menos es lo que trato de hacer yo.
He hecho desafíos de frutas y verduras de 20,000 calorías antes pero muchos de mis suscriptores son de Corea, Rusia, y les encanta verme comer Pop-Tarts, Oreos y McDonalds, porque no necesariamente tienen acceso a esos alimentos entonces, la verdad es que si hiciera un desafío de 50,000 calorías de brócoli, pollo y arroz, a nadie le importaría.
DIETA Y EJERCICIO COMO TODOS
Fuera de la cámara mi dieta diaria incluye muchas frutas y verduras y lo que ustedes llamarían alimentos “saludables”, no cuento las calorías ni guardo un registro ni nada de eso, solo me aseguro de que mi dieta se base principalmente en plantas. Yo diría que 3-4 veces a la semana, me aseguro de consumir muchas proteínas magras: huevos, avena, no como ninguna de las cosas que como en mis desafíos, comí todas esas cosas en los últimos años, esto me dejó algo bueno, significa que ya no trato con los antojos. Mi novia siempre dice: “Realmente se me antoja un rollo de canela”. Yo sólo la veo con cara rara y no siento nada de antojo por eso.
Para mantenerme en forma, me aseguro de lo que cargo en el gym todos los días y todos mis entrenamientos son de cuerpo entero, hago HIIT y me levanto más temprano en los días en que hago desafíos para estar entrenando más tiempo y estimular la mayor cantidad de músculos posible. El cardio, lo mantengo de 45 minutos a una hora, monto mi bicicleta durante una hora y media por la mañana antes de un desafío, desde que regresé de la clínica de recuperación, el ciclismo siempre ha sido un escape para mí.
Hace poco terminé con una gira por todo Texas, en la que hicimos desafíos de restaurantes en San Antonio, Houston y Austin, y donde recaudamos $1,400 dólares para la organización Feeding America, y obviamente me aseguré de encontrar un gimnasio todos los días durante el viaje. Dicho esto, sigo ganando una gran cantidad de peso de los desafíos, estimaría que subí alrededor de 7 kilos solo por viajar este mes, estoy en el entendido que voy a ganar peso, por lo que mitigar el aumento de peso no tiene sentido, además el ejercicio estimula mi apetito y es más el beneficio mental para mi.
MAS ALLÁ DEL RETO DE COMER MUCHO
He recibido visitas en los concursos de personas con las que fui a tratamiento y me dicen que las he inspirado, hice que unos pocos terapeutas se acercaran a mí y me dijeron que estaban muy orgullosos de lo que estaba haciendo porque me habían visto en mi peor momento, y nunca habrían adivinado que haría lo que hago ahora.
He estado escuchando la crítica de que lo que hago califica como atracón -comer mucho y vomitar o dejar de comer por días enteros, es muy común entre las personas que sufren de trastornos alimenticios- durante los últimos cuatro años. Pero realmente no pienso en eso como comer en exceso, comer en exceso implica un componente emocional, es una fuente de vergüenza y miedo, y cuando estás comiendo en exceso, casi pierdes la conciencia, he estado alrededor de personas que no tienen idea de lo que hemos estado hablando porque están perdidos en su atracón, sin importarles el sabor de la comida.
Para mí, la comida competitiva es drásticamente diferente, hacer estos concursos me ha enseñado que puedo activar y desactivar el impulso de comer. Cuando estaba en recuperación, tenía tanto miedo a la comida que pensaba: “Oh no, comeré tanto que engordaré”. Ya no me siento así en absoluto, la recuperación es subjetiva tienes que obtener una mejor comprensión de ti mismo y ser capaz de enseñarte los mecanismos de afrontamiento que necesitas. Eso es algo que he podido hacer.
Sé que si hablo con muchos terapeutas de trastornos alimentarios, seguirán la definición clínica de comer en exceso, y una alimentación competitiva no es nada saludable. Pero realmente no estoy tan interesado en lo que un terapeuta tiene que decirme, porque para mí todo es relativo, y estoy más feliz y más saludable que nunca, amo la vida que tengo ahora, y estoy muy agradecido por lo que tengo ahora y mi vida es mucho más que un video que la gente ve en línea.