Correr descalzo en la arena es un gran ejercicio y no daña tus articulaciones.
Para obtener mayores ganancias, aléjate de la tierra firme.
La arena puede ser la mejor superficie de entrenamiento, dicen investigadores italianos.
Pidieron a futbolistas realizar esprints en superficies diferentes: arena, pasto y césped artificial, y descubrieron que la primera permitió mayor producción de energía y quema de calorías.
También tuvo un menor impacto en las articulaciones de los jugadores.
“En la arena, los pies se deslizan y se hunden”, dice el autor del estudio Paolo Gaudino.
“Esto obliga a los músculos inferiores de la pierna a realizar un mayor esfuerzo al correr”.
Para saber lo difícil que es este entrenamiento, haz 60 segundos de burpis la próxima vez que vayas a la playa.